Escribo porque no sé qué hacer de mí. Es como sumergirme hasta la médula de mi espíritu y en el más hondo silencio que me habita. Por ello escribo, para encontrar la verdad de la intimidad de mi vida. La verdad duele y deja a mi corazón trémulo con su dolor. Se nace para gozar? O es que gozando nacemos? El placer es el aliento vital de la existencia . Y en esa búsqueda al placer no he tolerado la rutina, ni lo cotidiano pues al parecer viviendo así me paralizo.. y por ello quizá escribo para expresar este instante, este único momento: mi vida como un único día.
¿Qué es para mí vivir? ¿Qué es ser yo? Vivir me es incomprensible y a veces inexplicable.. ¿Quién me da la vida? ¿Cómo es que tengo un espíritu?
Dios nos ama y ¿cómo lo sabemos? No será que amándolo o pretendiendo amarlo me estoy amando a mi misma. Es sólo una proyección al anhelo de completarme, de perdonar mis imperfecciones, entonces ¿nacemos para perdonarnos o para aceptarnos? La vida de por si viene con la confusión del error. Fragmentos de dolor y de error, retazos de una demolición del alma con cortes laterales de verdad y de agonía.
Estoy asustada de empezar a escribir como sin aviso previo, como si me arrojase a un precipicio. Comienzo con los ojos llenos de un llanto intolerable al no entender por qué fui creada, que lazos hay ante esta verdad no resuelta, qué inmaculada razón sostiene este argumento. Al parecer si no hubiese sido creada por un Ser que no fue creado, estaría flotando en el vacío? En la nada? Y si tengo un destino? En que destino me amarro? Es que necesito la levedad de quien no tiene un fin? Mediante esa inmanencia sabré quién soy yo? Iré desafiando al alma del mundo con un gesto de orgullo por saber que he sido creada por alguna razón inexplicable pero que me distingue de todos los demás .. conquistaré cada conquista para liberarme de tantas imágenes distorsionadas de mi y esperaré para que se me devuelvan aquellas con las cuales pueda mirarme sin filtros, sin fijarme en el inevitable deterioro de mi alma.